Cuando la mente está en silencio se llena de energía y se hace receptora de sabiduría y paz; se vuelve un instrumento perfecto.
La vida misma se convierte en un flujo espontáneo de felicidad. Este estado se manifiesta de manera natural cuando la mente está en un estado de silencio interior.
Este estado es imposible alcanzarlo cuando estamos sujetos a pensamientos o emociones turbulentas.
Todo este ruido interior se ha de eliminar para poder experimentar el sonido sagrado del silencio interior.
Hemos de aprender a calmar la mente para llegar a dicho estado sagrado de paz, silencio y felicidad.
SWAMI SATYANANDA
Unas reflexiones sobre el silencio:
Tal vez, si fuéramos capaces de recuperar la capacidad de permanecer en silencio y en el Silencio, alcanzáramos a oír la voz de lo que, en cada árbol, cada animal, cada piedra, en el aire y el agua mismas hay de nosotros; dialogar con lo que, en nosotros, hay de cada uno de ellos… Pero se trata de un silencio muy especial: El silencio de la mente.
Es en este silencio en el que los apegos se desvanecen… En este silencio, en el que la Identidad cede terreno a la Entidad…
En este silencio, en el que, lo que siempre FUE, ES y SERÁ se hace manifiesto…
En este silencio, al no “ser” nada puedes y, de hecho, ERES TODO .Pues, al no ser “eso” ERES en la piedra, en el aire, el agua, el árbol, el animal, etc… cómo ello lo es también en ti.
¿Como se “hace” para alcanzar “este silencio”? es la pregunta que casi inevitablemente suele surgir cuando en alguna ocasión se ha comentado esta reflexión.
Más la cuestión no es tanto la de describir un proceso o una técnica como la de definir y concretar la naturaleza de aquello sobre lo que queremos actuar. Es decir, que la pregunta correcta sería: ¿Cual es ese “ruido” de la mente que nos impide experimentar todo lo anteriormente descrito?
Ese ruido de la mente es la memoria que, haciendo presente un pasado muerto contamina y mata a un presente vivo. Es el espejo en el que miramos y desde el que experimentamos todo cuanto nos acontece.
Como en el Mito de la Caverna de Platón, sino las sombras en la pared del fondo de la caverna este caso, tampoco experimentamos las cosas tal y como son sino según el reflejo que de ellas nos llega en el espejo de la memoria.
Un espejo lleno de abolladuras y lamparones que deforman nuestra percepción directa de la realidad inmediata; la que solo una mente quieta y en silencio es capaz de perdibir.
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¿No es acaso el silencio la túnica más transparente con que se viste la divinidad? …Pero los hombres la han querido cubrir con otros ropajes, a su gusto y a su medida. Le han puesto nombres e incluso la han definido; pero, ¿se puede definir la brisa del viento? ¿Se puede describir el delicado aroma de una rosa? ¿Se pueden manchar con definiciones color de sus pétalos? Y…¿se puede atrapar con la red de las letras de una palabra a un pensamiento, como para que a todos aquellos a quienes llegue puedan aprehenderlo y sentirlo virgen y por un igual? ¿Se podría con palabras explicar toda la profundidad de un sentimiento íntimo? ¿No sería más bien preciso un diálogo de corazón a corazón en el silencio y en silencio? … Aprende, hombre, que las palabras más que unir confunden y separan. Es el hermano silencio el que todo unifica bajo sus alas. Más, aún que viva en todos los corazones de los hombres, son muy pocos los que hacen silencio en el silencio para que en el silencio de su voz pueda oírse la voz del silencio, que es la voz de la que intuyes como divinidad. La silente voz que, desde el principio mismo de los tiempos dicta a la naturaleza toda los pasos a seguir en la intrincada senda del cambio permanente: De la evolución.
Por tanto, hombre, sepas lo que sepas, queda en silencio, porque, muchos son los que hablan de Dios…
Otros muchos los que pretenden hablar en nombre de Dios..
Y no faltan quienes hasta aseguran hablar con Dios…
Pero, pocos, muy pocos, los que hacen silencio para que este Dios en el que dicen creer les pueda hablar…
Cierra los ojos, escucha; tápate la nariz; El silencio suena.El silencio tiene sonidos, el silencio tiene sentimientos y el silencio tiene palabras.Todo ayuda a que suene el silencio. En la biblioteca suena a nervios. En la iglesia suena a fe. En la cama, suena a todo.
El silencio tiene sonidos. El silencio es caprichoso, ¿cuántas historias terminaron con un silencio? el silencio es tan sonoro que es una respuesta a una pregunta. El silencio es jurídico, es un silencio administrativo. El silencio es también una dictadura. ¿A qué sonaría un campo de concentración?, escuchalo.
El silencio reconforta el alma, la apacigua; porque el silencio te susurra (cuando lo escuchas) que todo estará bien. Porque, mientras escuches el silencio, estarás vivo.
El silencio tiene sonido, tiene peso, tiene vida. Cállate y escucha.
Me gusta mucho tu escrito, Toni.
Gracias muchas gracias, en verdad es la única manera de interiorizar.- Haciendo Silencio
Sí, Pquita. Hemos probado la experiència.