No se trata de
sustituir el cristianismo, sino de
aprovechar los recurso para fortalecerlo.

 En estos días  de Semana Santa, una se da cuenta del gran arraigue que hay de tradición cristiana en nuestra sociedad. Ojalá, estas representaciones hagan profundizar en el mensaje de amor que encierran.

El hombre de hoy tiene muchos estímulos exteriores que le distraen y le absorben. Pero, en el fondo, busca parar, interiorizar  y encontrar su gran tesoro interior.

En nuestra época se habla mucho de crecimiento personal, de lograr un mundo mejor, a cuya promoción quisiéramos contribuir todos.

Lo que importa es hallar los caminos.

Para ello deberíamos valorar los mensajes, los modos y la mística del cristianismo y no deberíamos rehusar la ayuda que se nos ofrece desde Oriente y adaptar las formas de meditación allí practicadas.

No se trata de  sustituir el cristianismo, sino de aprovechar los recurso para fortalecerlo.

Cati Pastor