BUSCAR NUESTRA RIQUEZA INTERNA Y SER ACOGEDORES

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BUSCAR NUESTRA RIQUEZA INTERNA Y SER ACOGEDORES

Todos nacemos con la semilla personal y única que debe dar paso a un brote. Y nuestro quehacer es regar esta semilla. Regarla para que crezca y llegue la plenitud.

La semilla no es mérito nuestro. Pero es responsabilidad particular, de cada uno, cuidarla, regarla para que crezca y  nos enriquezca como persones.

Y seamos acogedores estando despiertos para observar la semilla que brota en los que están cerca. En los que, directamente o de forma velada, nos piden ayuda. Cuidémosles como se cuida a un niño, como se cuida a un anciano. Regalémosles palabras de reconocimento. Valorémosles. El crecimiento de su brote se cuida con ternura humana.

Cuidar el brote, aconseja el Papa Francisco. Cuidar el brote, el brote de la semilla, e ir viendo como crece, e ir viendo como se distingue de la mala hierba.

EVITEMOS EL ESPÍRITU DE CHISME

El enemigo de la armonía en la interelación humana es el espíritu de chisme, es el hablar mal del otro.

El chisme es terrorismo, porque el que habla mal del otro, habla a escondidas, tira la bomba y se va.

Cuando tengas ganes de hablar mal del otro, muérdete la llengua. Si la hieres un poco o se hincha, te serà un recordatorio.

Si crees que una persona tiene que corregir algo, si es possible habla con ella. Si no puedes decírselo directamente, díselo delicadamente a alguien que pueda poner remedio en privado. Y en todo caso evitemos que la conducta del otro nos haga daño. Su conducta es suya y ya se sabe que todos hacemos lo que podemos, con lo que sabemos. Recordemos que no somos responsables de la conducta del otro.

EN LA RELACIÓN CON LOS DEMÁS, ESTEMOS ALEGRES

Demos gracias por tantos dones que disfrutamos y tengamos espíritu de alegria.

La alegria nos ayuda a mantener buenas relaciones. La expresión de las persones alegres y acogedoras es casi indescriptible con palabras. Sus ojos tienen un brillo especial y su mirada, un tanto pícara, rebosa sabiduría.

Escrito por: Cati Pastor

(Inspirado en un discurso del Papa Francisco)

 

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