Las palabras son símbolos, nos informan del estado de la persona que habla. Las palabras habladas son sonidos ocasionados por la vibración de nuestros pensamientos.
Los pensamientos son vibraciones de nuestro ser íntimo.
Seamos cuidadosos con lo que hablamos. Porque nuestras palabras ayudan a construir las vibraciones de nuestro ser íntimo.
Evitemos las conversaciones banales, las conversaciones negativas.
Es importante que hablemos desde el pensamiento más alto o que hagamos silencio.
Si pronunciamos nuestras palabras con una carga de alegría, sinceridad, convicción y confianza esparcimos luz que ayuda a deshacer bloqueos y viejos sentimientos negativos que nos retienen en el inmovilismo. Todo debe fluir.
Todos tenemos temas preciosos sobre los que hablar. La gente no está acostumbrada a escucharlos. Pero, rápidamente los agradecerán como un regalo.