Hoy he meditado con una historia sufi que me ha ayudado a pensar.
“Cuentan de un preso que luego de 10 años en su celda, descubre que
la puerta de su celda siempre había estado abierta.
Había estado lamentándose de su desgracia durante todo ese tiempo… pero
jamás se le había ocurrido intentar salir…
Porque daba por sentado que su destino era cumplir su (por cierto injusta) condena.
Al empujar la puerta sin querer pudo ver como se abría.
Al principio aún así no se atrevió a salir.
Pero luego se animó, a pesar del miedo y las dudas…
Y resultó que nadie lo detuvo y pudo volver a su casa
en donde le esperaban sus hijos y su amada esposa.”
¿Te lo puedes imaginar?
¿Qué sentirías tú abriendo la reja de tu cárcel imaginaria
y dándote cuenta de que siempre habías sido libre sin saberlo?
Repasando en esta historia, pienso en
la gran cantidad de personas que no hacen uso de su libertad,
por el miedo que no les deja atreverse a mirar más allá.
Es algo muy triste pero muy real:
La mayoría de las personas esperan que la oportunidad venga desde fuera.
Pero esto jamás ocurre.
Tomemos nota: jamás
En realidad, la oportunidad es un permiso que nos damos para descubrirnos a nosotros mismos y dar significado a nuestra vida.
Descubramos nuestra libertad, ya es hora de que
nos demos el permiso para abrazarla.
Ciertamente son muy pocas las personas que tienen el valor de abordar el proceso de cambio. Pero todas sin excepción, cuando lo hacen se preguntan:
¿Por qué habré tardado tanto?
(Igual que el pobre infeliz de la historia).
Entonces… preguntémonos:
¿Necesitamos comprender lo que nos pasa?
¿Necesitamos descubrir nuestro significado en la vida?
¿Necesitamos ordenarnos, fortalecernos y avanzar?
Regalémonos la oportunidad de acceder a la vida que nos merecemos.
Busquemos las
herramientas
que nos permitirán comenzar, YA, a
gestionar nuestra vida tal como la proyectemos.